El siempre prolífico cine de terror cada tanto trae sorpresas que son bienvenidas. Esta, no reinventa el género, pero al menos se anima a algunos riesgos, tiene buenas muertes y una autoconsciencia que la mayoría del tiempo funciona. Esta es nuestra crítica sobre Clown in a Cornfield.
¿De qué trata Clown in a Cornfield?
La película sigue a Quinn (Katie Douglas) una adolescente que junto a su padre Glenn (Aaron Abrahams), que es médico, llega al pueblo de Kettle Springs. Allí todo gira en torno a la industria del maíz y tienen como mascota a un payaso, Frendo, que aparece en cajas de productos y otras imágenes en todo el lugar.
La joven se integra al nuevo grupo de la secundaria casi de inmediato. Ellos graban videos de bromas pesadas disfrazados del payaso, lo que enoja a la tranquila comunidad, muy fiel a sus costumbres. De a poco, algunos adolescentes empiezan a desaparecer. El espectador sabrá algo más que eso: un asesino disfrazado con el mismo atuendo comienza a matarlos brutalmente.
Cuando uno ve «characters actors» como Will Sasso que interpreta al sheriff y Kevin Durand en la piel del adinerado alcalde, ya puede sospechar por donde vendrán los asesinatos. Sin embargo, la cinta dosifica muy bien la información y recién pasada la hora se sabe bien el secreto de esta extraña comunidad.
Muertes creativas, tensión real y estética cuidada
Hay al menos dos o tres muertes que son sumamente directas, al hueso, sorprendentes y memorables. Una de ellas en un maizal y otra en una casa. A ello se le suman diálogos que la mayoría del tiempo funcionan muy bien. Los escenarios son escasos, los actores no tan conocidos pero el mejor halago que se le puede hacer es que no parece un film «barato». Hay un cuidado desde la fotografía, los planos y su estética general que se destacan y que sorprenden para una película tan fuera del radar.
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A su vez, luego de años de un extraño conservadurismo sexual en la cultura popular, en Clown in a Cornfield la sensualidad de las chicas y chicos es reconocida. Son seres sexuales como ocurría en los ochenta y si bien no hay sexo en cámara, hay una mirada que recuerda a este tipo de cine, en una decisión buscada y que tiene relación con el desenlace de la trama.
Spoilers: una comunidad asesina y una crítica al puritanismo
Carson (Carson MacComarc) el interés romántico de la final girl, se muestra reticente a tener sexo con ella. El espectador piensa que es porque es el asesino, pero en realidad, es gay y tuvo una relación con Rust (Vincente Muller), un redneck bueno para las armas.
Este elemento es clave cuando se descubre quien está detrás de las muertes. La comunidad, en aras de conservarse, mata cada cierta cantidad de años a adolescentes problemáticos o que se salen de la norma. Es una trama muy parecida a Hot Fuzz de Edgar Wright pero está muy bien narrada y de paso critica a ese conservadurismo en crecimiento de los últimos años. El líder es el alcalde y padre de Carson, quien «deshereda» a su hijo por su orientación sexual.
Una de las sorpresas del terror del año
Develado el misterio la película concluye con unas buenas muertes, la supervivencia de un reducido grupo y algunos cabos sueltos que podrían cerrarse en una eventual secuela. Algunos diálogos son sobre explicativos y ciertos chistes quedan de más en sus últimos minutos, pero sigue siendo una muy divertida película de terror y sin dudas, una de las sorpresas del año.
Nuestra calificación de Clown in a Cornfield
3.5 out of 5.0 starsFicha técnica
- Clown in a Cornfield (2025)
- Dirección: Eli Craig
- Guión: Eli Craig, Carter Blanchard
- Elenco: Katie Douglas, Aaron Abrams, Carson MacCormac, Cassandra Potenza, Verity Marks, Bradley Sawatzky, Will Sasso, Kevin Durand
- Edición: Sabrina Pitre
- Fotografía: Brian Pearson
- Música: Brandon Roberts, Marcos Trumpp
- Duración: 96 minutos
- Nuestra calificación: Buena