La historia de la película de Lilo y Stitch ya la sabemos, pero, por si hay un despistado vamos a recordarla. Lilo es una pequeña niña de Hawaii que vive junto a su hermana Nani tras la muerte de sus padres. A pesar de su dolor, Lilo conserva una inquebrantable esperanza: la de encontrar un verdadero amigo. Esa oportunidad llega cuando adopta a Stitch, una criatura alienígena destructiva que ha escapado de una prisión galáctica. Mientras dos agentes de la Federación Galáctica lo buscan para capturarlo, Stitch y Lilo inician un viaje de autodescubrimiento. Gracias al amor de la niña, el experimento 626 deja de ser una amenaza y se transforma en parte de una familia.
Esta nueva adaptación está dirigida por Dean Fleischer Camp, nominado al Oscar por la encantadora Marcel the Shell with Shoes On, una película que ya demostraba su talento para conjugar emociones profundas con un gran trabajo de animación y vida real. Por lo tanto, si había alguien ideal para traer a Stitch al mundo real sin perder su esencia, era él. Su dirección logra una experiencia cálida, divertida y honesta, sin caer en el dramatismo forzado ni en el exceso de sobre explicación que ha afectado a otros remakes de Disney.
Uno de los mayores aciertos de esta nueva versión es el respeto por la identidad cultural hawaiana. La ambientación, los colores, el vestuario, la música y los valores comunitarios no solo están presentes, sino que son parte activa de la historia. A esto se suma un gran trabajo visual. Stitch luce realista, expresivo y fiel al personaje animado, gracias a una animación digital que combina tecnología CGI. Otro punto fuerte es el casting. Maia Kealoha (Lilo) y Sydney Agudong (Nani) brillan con química y carisma. La dinámica entre ambas recuerda a la original, pero también aporta nuevos matices. Ambas actrices se sumergieron con entusiasmo en sus roles, logrando personajes adorables, cercanos y conmovedores.
Si bien la historia mantiene la estructura central del film animado, hay algunos cambios en la personalidad de ciertos personajes y otros que fueron directamente eliminados. Sin embargo, lejos de sentirse como pérdidas, estas modificaciones enriquecen la narrativa, simplifican el relato y refuerzan las motivaciones de sus protagonistas.
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En un contexto donde los live actions de Disney están bajo la lupa —con los discretos resultados de La Sirenita y Blancanieves, tanto en taquilla como en recepción crítica—, Lilo y Stitch representa una grata sorpresa. Esta versión no busca reemplazar el clásico de 2002, sino tratar de adaptarla a una mirada del presente para introducirle esta historia a una nueva generación de infancias.
Dean Fleischer Camp dirige con amor y respeto hacia el material original, entendiendo que, más allá del espectáculo, lo que realmente importa es el vínculo humano. Lilo y Stitch no solo es la historia de una niña y un alíen, es más bien una historia sobre la diferencia, la pérdida, la familia y la posibilidad de sanar para encontrar una familia.
Esta versión live-action de la película de Lilo y Stitch es un gran ejemplo de cómo aventurarse a estas nuevas prácticas. Sin forzar la nostalgia, sin traicionar la esencia del original, y apostando a lo emocional por sobre lo grandilocuente. Con actuaciones entrañables, una dirección sensible y un Stitch tan expresivo como siempre, la cinta revitaliza uno de los clásicos más queridos de Disney. En un panorama incierto para este tipo de adaptaciones, esta película demuestra que aún hay lugar para el corazón, la ternura y la diversión alocada.
Nuestra calificación de Lilo y Stitch
3.5 out of 5.0 starsFicha técnica
- Lilo y Stitch (2024)
- Dirección: Dean Fleischer Camp
- Guión: Chris Kekaniokalani Bright, Mike Van Waes
- Elenco: Maia Kealoha, Sydney Agudong, Chris Sanders, Zach Galifianakis, Billy Magnussen, Courtney B. Vance, Amy Hill, Hannah Waddingham, entre otros
- Fotografía: Nigel Bluck
- Edición: Phillip J. Bartell, Adam Gerstel
- Música: Dan Romer
- Duración: 1 hora 48 minutos
- Nuestra calificación: Buena
Lilo y Stitch llega a los cines a partir del 22 de mayo