Se puede inventar un género. Hacer una biopic desde la fantasía. Iluminar a un monstruo sin restarle oscuridad. Seguir siendo creativos en las películas, después de 130 años de existencia. Pablo Larraín expone en El Conde todo lo que significa, hoy por hoy, la odisea de hacer cine. El film viene de estrenarse en el Festival de Venecia donde ganó el premio al mejor guion. Ahora, llega a Netflix.
Con esta película, Larraín logra mostrar victoriosamente su identidad artística por sobre la identidad de la plataforma que lo contrató; algo no tan frecuente en las alianzas de producción modernas. El Conde es más “Larrainesca” que “Netflixera” y, gracias a eso, se vuelve un éxito para ambas.
Contando la historia de una realidad alternativa en la cual el dictador Augusto Pinochet nunca murió y es un vampiro, Larraín recupera su tradición de un cine sobre personajes históricos. Tal como lo hizo con Pablo Neruda en Neruda, con Jacqueline Kennedy en Jackie y con Lady Di en Spencer. Pero innovándose al narrar desde un estilo que no tiene la solemnidad de sus films anteriores. Más bien, apuesta por la desmesura, la ironía, y un zigzag imposible de géneros que resulta fascinante.
Hay algo de biopic alternativa, de cine histórico, de comedia absurda, de culebrón, de terror, de gore, de lirismo fotográfico. Una construcción de un Pinochet imaginario que termina resultando gracioso desde su monstruosidad. Algo parecido a lo que generaba el Hitler de Jojo Rabbit. Sin que eso signifique empatizar o simpatizar con él. Mucho menos con otros personajes históricos. El Conde, en su aventura creativa, se arriesga a simbolizar y hablar de relaciones de poder políticas (en algún punto de la trama, uno de ellos dirá que ama el sabor de la sangre sudamericana. Y en ese gag, Larraín expone una crítica geopolítica tan graciosa como feroz).
Con este género que ha inventado a su medida, Larraín se siente decididamente a gusto. Se divierte y esa diversión traspasa la pantalla. Y cuando más apuesta al humor, más maravilla. Por eso mis momentos favoritos vienen de la mano de una familia hambrienta de herencia. De la madre de Augusto, o de un Pinochet que, como un siniestro Superman, sobrevuela siempre amenazante sobre Chile, y listo para volver.


FICHA TÉCNICA
El Conde (2023). Dirección: Pablo Larraín. Guion: Guillermo Calderón , Pablo Larraín. Elenco: Jaime Vadell, Gloria Münchmeyer, Alfredo Castro, Paula Luchsinger, Catalina Guerra, Marcial Tagle. Amparo Noguera, Diego Muñoz, Antonia Zegers, Stella Gonet. Fotografía: Ed Lachman. Edición: Sofía Subercaseaux. Música: Juan Pablo Ávalo y Marisol García. Duración: 111 minutos. Nuestra opinión: Muy buena.