‘La casa del dragón’, análisis del episodio 7 de la temporada 2: ‘The Red Sowing’

Dragones, Negros y Verdes, no importa de qué bando estes el final se acerca. Estamos a solo un domingo de conocer el final de esta segunda temporada de La casa del dragón y hoy en el penúltimo episodio sorpresivamente el orden de las cosas cambia, la democratización de los jinetes de Dragones se establece y la sangre y el fuego prevalece. Un gran episodio que arma todo para que la ‘Danza de los Dragones’ se convierta en un festín de llamaradas.

Dirigido por uno de los productores ejecutivos Loni Peristere, este episodio abre y termina con dos poderosos planos en los que registra a una Reina de piel de dragón, con una coraza que se fue endureciendo y una mujer que se deshace de quien dude de ella y decidida a seguir sus instintos.

En este episodio comprobamos que el plan de Rhaenyra toma vuelo. Todo se construye en esa búsqueda por los jinetes. Cada segundo se vuelve tenso y adictivo. Si en el episodio pasado quedamos sorprendidos que la respuesta estaba en la Plebe cuando Adam de Hall se convierte el jinete de Bruma ahora la sensación escala y la adrenalina ebulliciona cuando finalmente la búsqueda formal por un ejército de bastardos toma forma y culmina en una especie de rito y cenizas que no dejará de ser una de las partes más crueles de la temporada. En definitiva, dos personajes que ya veníamos registrando de episodios anteriores que pertenecían a la plebe se convierten en domadores por su sangre escondida.

Hugh se transforma en el jinete de Vermithor o también llamado Furia de Bronce y Ulf de Ala de Plata. Rocadragón se torna en un contingente de dragones que tanto la Reina necesita para ‘terminar con la guerra sin sentido, para restaurar la paz y acabar con el sufrimiento.’ Pero nosotros como espectadores nos deja con la sed de ahora sí querer por fin ver a estos dragones danzar.

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Pero este episodio no solo se trató de mestizos y bastardos, también pudimos ver a otros personajes. Daemon continúa en Harrenhal pero esta vez no solo lo pondrán en jaque sus visiones sino que un pequeño Lord de la Tierra de los Ríos lo enfrentará y lo pondrá en su lugar. Alicent se escapa del Desembarco del Rey al bosque después de perder toda legitimidad. Tras su desilusión, la vemos en un potente plano de ella en el río que abre los ojos y en su mirada al cielo parece encontrar paz. ¿Será un renacer de la reina viuda?

Para terminar, no queda más que decir que el bando Negro está listo para rugir y que ya se puede oler el aroma a fuego y la guerra está más latente que nunca. Ahora sí no queda otra que prepararnos para el final de temporada que llega el próximo domingo 4 de agosto en Max.